Sobre el proyecto

Necesidad del proyecto

El tramo de la I-5 que atraviesa el corazón de Seattle, tiene unos 60 años y, al ser el tramo de autopista más utilizado del estado, ha estado expuesto a lo largo de los años, a un aumento de tráfico de vehículos, a las inclemencias del tiempo y a las cargas pesadas del transporte de mercancías, todo esto ha provocado un gran desgaste en la superficie. Desde 2019, el puente Ship Canal ha tenido que ser reparado de emergencia casi 200 veces.  Posponer unas obras vitales para la conservación de esta infraestructura de transporte afecta al funcionamiento actual del sistema y devalúa la inversión que el estado de Washington tiene para la misma.

Este video del trabajo de preservación en 2018 muestra una plataforma de puente que ya está muy parcheada:

Seguridad y eficiencia

Establecer una zona de obras de doble carril en la I-5 es necesario para mantener la seguridad, de los trabajadores que rehabilitan el puente y de los viajeros, durante la construcción. Establecer una zona de obras de doble carril separada por barreras, permite que los conductores sepan qué cabe esperar cuando circulan por la zona y que los trabajadores estén más protegidos de posibles colisiones. Este enfoque también permitirá que los equipos de construcción realicen su labor durante las horas del día entre semana. Trabajar únicamente por la noche o los fines de semana alargaría el proyecto al menos 10 años.

¿Qué obras se realizarán mientras haya una reducción de carriles de larga duración?

• Demoler y retirar la superficie de concreto por la que se conduce, que está vieja y dañada.
• Mejorar sistemas de drenaje e instalar nuevos.
• Reparar estructuras dañadas y reemplazar juntas de dilatación.
• Repavimentar la superficie.

¿Qué obras se realizarán durante el cierre de las rampas?

• Fresado y repavimentación de asfalto.
• Reemplazar el concreto en las zonas de aproximación a las rampas de la autopista.

¿Cuánto costará este proyecto y cómo se financia?

Este proyecto, de 203 millones de dólares, es posible gracias a fondos federales procedentes de la ley de Inversión en Infraestructuras y Empleo (IIJA, por sus siglas en inglés) de 2021, la cuenta de Asociación para el Transporte (TPA, por sus siglas en inglés) de 2003 y el programa Nickel de 2005.